Antonio TÉLLEZ
Goliardo Fiaschi nació en Carrara (Italia) el 21 de agosto de 1930 y falleció en la misma ciudad el 29 de julio del 2000.
El 9 de septiembre de 1943, con trece años de edad, se incorporó a la resistencia en su localidad, pero para poder ser admitido declaró que ya había cumplido los 15. Cuando Goliardo comenzaba su vida de combatiente antifascista, las fuerzas aliadas acababan de conquistar Sicilia, donde, habían desembarcado en el mes de julio, Benito Mussolini había sido detenido por orden del rey y el gobierno presidido por el mariscal Badoglio había capitulado el 8 de septiembre, el mismo día que los Aliados ponían pie en la bota, desembarcando en Salerno.
Los antifascistas de Carrara le encomendaron la misión de recoger las armas que abandonaban los soldados italianos que desertaban, armas que trasladaban con grave riesgo a los almacenes del Comité de Liberación Nacional (CLN) y que fueron las primeras con que se armaron los partisanos.
Como que Goliardo al fin y al cabo sólo era un niño pasaba inadvertido con una carretilla de mano en la que transportaba las armas cubiertas con leña, trapos o cualquier cosa. Muy pronto aprendió a manejar, desmontar y montar las más diversas armas. Es así, pues, como debutó en la formación libertaria «Gino Luceni», que pertenecía al «Comitato Nazionale de Liberazione» (CNL), junto con otras organizaciones antifascistas, en la que permaneció hasta el 31 de diciembre de 1944.
En aquel entonces en Carrara no había nada para comer, la gente estaba desesperada y esquelética. Los peligros eran permanentes y llegaban de todas partes: de los nazi-fascistas, de los bombardeos Aliados. Fiaschi tuvo que realizar varias misiones a Marina de Carrara y Avenza. En esta última población la explosión de un proyectil de artillería lo dejó medio sepultado.
A finales de diciembre, pues, Goliardo Fiaschi decidió cruzar el frente alemán para unirse a las fuerzas anglonorteamericanas que habían renunciado a proseguir su ofensiva hasta el mes de abril.
Frente a ellos tenían la última defensa alemana antes de llegar a los Alpes, la línea Gótica, que cruzaba Italia en diagonal desde el norte de Pisa en el Mar Tirreno, serpenteado a través de los Apeninos. hasta el sur de Rimini, en el Mar Adriático, constituida por un cinturón de fortificaciones con campos de minas contracarros, redes de alambradas de espino, posiciones de Artillería y nidos de ametralladoras excavadas en la roca o bajo protecciones de hormigón.
A finales de diciembre de 1944, pues, Goliardo Fiaschi emprendió su arriesgado propósito, unirse a las fuerzas aliadas al frente de Seravezza, al norte de Pietrasanta. Su madre acongojada, le acompañó un trecho instándole a que se quedara con a familia. En Bergiola encontró algunos partisanos y todos juntos llegaron a Antona, donde se les agregó una columna de civiles que también pretendían cruzar las líneas. No sin dificultades llegaron a Seravezza, pero cuando pasaron lista 14 personas habían desaparecido. probablemente se habían despeñado al pasar por los senderos helados que bordeaban profundos barrancos.
Fiaschi se presentó en el Puesto de Mando, donde le dijeron que allí no le necesitaban, pero que faltaba gente en otras partes. Lo enviaron al frente de Abetone. con la 3ª Brigada Costrignano, División Módena (región de Emilia). Allí fue armado con bombas Sipe y una metralleta Sten, cuyo manejo ya conocía.
Cuando se reinició la ofensiva en el mes de abril de 1945, en el asalto al monte Lancio, donde atacaron en pleno día sus fortificaciones bajo un fuego enemigo de mil diablos, Goliardo llegó a la cima del segundo, detrás de su comandante Filippo Papa.
Después de un breve descanso, tuvieron que rechazar un fuerte contraataque alemán. Prosiguieron su marcha hacia Fanano, Sestola, Pavullo. Sassuolo, y finalmente Módena, todo ello en un avance muy difícil, pues todos los caminos estaban minados y sólo podían avanzar en fila india, mientras que los nazis ofrecían tenaz resistencia.
En Módena desfiló su unidad bajo una lluvia de flores, con Goliardo al frente como abanderado.
Simultáneamente, los partisanos italianos se manifestaban con una eficacia creciente detrás de las líneas alemanas. En Carrara, Génova, Turín, Milán y otras ciudades las brigadas guerrilleras obligaron a los alemanes a rendirse, y cuando llegaron los aliados ya controlaban sólidamente la situación.
La campaña de Italia, progresión lenta, penosa, sangrienta, a través de zonas montañosas, que parecía que no iba a tener fin, llegaba a su termino.
Goliardo, preocupado por su familia y compañeros de lucha que había dejado en Carrara, emprendió el camino hacia su ciudad a pie, pues no consiguió que le dieran un caballo como él quería. En las cercanías de Abetone, cuando ya había recorrido unos 90 kilómetros, un vehículo norteamericano lo recogió y lo llevó hasta Bagni di Lucca a unos 25 kilómetros de Abetone, y lo dejaron en la casa del alcalde donde pudo repasarse unos días. Luego un oficial norteamericano lo acompañó hasta Carrara donde por fin se reunió con su familia.
El comandante de la formación «Gino Lucetti», Ugo Mazzucchelli, le entregó un diploma del general Harold Alexander (presente en el desfile de Módena) en el que certificaba el tiempo que Fiaschi había participado en la resistencia en la ciudad del mármol.
Goliardo Fiaschi, en 1956, conoció en el local del grupo anarquista «Pietro Gori», en la calle Canal del Río de Carrara, del cual era entonces el responsable, a los combatientes antifranquistas José Luis Facerías y Luis Agustín Vicente, conocidos respectivamente en Italia por Alberto y Mario Mella. Por sus relatos se enteró de la trágica situación del pueblo español bajo el régimen franquista, con lo cual germinó en su espíritu la idea de sumarse a la lucha contra el dictador Francisco Franco y tratar de eliminarlo.
A finales de 1956 pasó a Francia para acompañar a Francisco Sabaté Llopart (El Quico), pero éste ya había salido hacia España a finales de noviembre con otros guerrilleros.
En el Campeggio anarquista de 1956, celebrado en Villa Paradiso, Marina de Carrara, del 10 de julio al 31 de agosto de 1956, Fiaschi tuvo un accidente en el que estuvo en un tris de morir ahogado. Cuando Fiaschi llegó a Toulouse a finales de noviembre de 1956 debido a las secuelas de dicho accidente cayó enfermo, y los compañeros lo llevaron a una base de los Pirineos para que pudiera reponerse.
En el mes de marzo de 1957 llegaron a Francia, procedentes de Italia José Luis Facerías y Luis Agustín Vicente. El primero hizo varias visitas a Goliardo, y le enseñó ejemplares de la prensa italiana, por los cuales se enteró de que la policía lo buscaba por supuesta participación en un atraco a mano armada cometido el 15 de enero de 1957 en una sucursal del Banco di Casale en el Monferrato de Villanova. Facerías le dijo que cuando regresara a Italia podría demostrar con documentos que en la fecha del atraco ya estaba en Francia y que por consiguiente sería absuelto. Pero de momento lo que deseaba Goliardo era incorporarse a la lucha antifranquista. Facerías le propuso bajar con él en el próximo viaje que estaba preparando, lo cual aceptó.
El 15 de agosto de 1957 partieron hacia España Facerías, Goliardo y Luis Agustín y por la noche llegaron a la frontera. El día 15 llovió copiosamente. El día 17, a las 20,40 penetraban en España.
El día 28 de agosto Facerías y Fiaschi llegaban a Barcelona y se refugiaron en una casita del Tibidabo, monte que domina Barcelona, unido a la ciudad por tranvías y funicular.
Luis Vicente se había separado de ellos en San Joan de les Abadesses (Girona), para ir a Barcelona por su cuenta y riesgo. Mala decisión, pues fue detenido el día 27 de agosto en Sabadell (Barcelona), en la casa de un amigo, o sea antes de que sus compañeros llegaran al Tibidabo.
El día 29, a las 19,30, Facerías bajó a Barcelona diciendo a su amigo que tenía cita con un «compañero», advirtiéndole a que a lo más tardar regresaría a medianoche. También le dijo que si le pasaba algo, que el se dirigiera a una base que le indicó. Fiaschi le acompañó un trecho, y cuando regresaba a la casita fue detenido por un grupo de seis policías emboscados allá cerca.
Facerías fue asesinado en Barcelona el 30 de agosto, a las 10,45, con lo cual es evidente que su cita del día anterior había sido aplazada, quizá para preparar la emboscada en la que perdió su vida. Su «compañero de confianza» lo había vendido.
Fiaschi y Luis Vicente fueron juzgados en un Consejo de guerra el 12 de agosto de 1958; el primero fue condenado a 20 años y un día de prisión, y el otro a 24 años y cuatro meses.
Cuando Fiaschi llevaba cinco meses encarcelado le llegó la dolorosa noticia de la muerte de su padre Pietro. Fiaschi cumplió siete años, once meses y catorce días de prisión y salió de la cárcel el 14 de agosto de 1966, pero para ser entregado a las autoridades italianas que habían pedido su extradición. Fiaschi, inmediatamente, solicitó en septiembre de 1966 la revisión del proceso que lo había condenado en rebeldía, el 12 de abril de 1960, a la pena de 11 años y siete meses de cárcel, pero sus demandas fueron categóricamente rechazadas. Fue encerrado en la cárcel de San Giorgio di Lucca. En el mes de octubre de 1971 fue trasladado a la de Leche, y, finalmente, a Portolongone, donde pasó 13 meses en los calabozos sin ver la luz del día, por rebeldía, por protestar y reclamar constantemente su libertad.
Después de una larga campaña para conseguir su liberación, que inició el anarquista siciliano Franco Leggio, se consiguió el indulto y salió a la calle el 30 de marzo de 1974. Sólo en España Fiaschi había visitado 21 establecimiento penitenciarios.
A su entierro acudieron varios centenares de anarquistas de Italia y de otros países, y lo despidieron enarbolando banderas rojinegras y cánticos anarquistas.
Goliardo Fiaschi murió después de terminar sus memorias, que había empezado a escribir unos años antes cuando se le declaró la enfermedad que lo llevó a la tumba.
Publicado en Polémica, n.º 73, marzo 2001