José ESPAÑA IBER
Los anarquistas sostienen que la función del Estado es distinta de las funciones administrativas normales; que el abuso de la autoridad no es accidental sino inseparable de la naturaleza del Estado, cualesquiera que sean los gobernantes. Repudian el Poder aún a título provisional y no creen que su conquista pueda servir para destruir el Estado, pues éste conquista a todos sus conquistadores. La sociedad del Estado –represión, burocracia, funcionarismo– es un círculo vicioso de intereses artificiales difícilmente irreversibles; la institución estatal es una inversión de valores, puesto que el individuo, que creó la sociedad para su servicio, es absorbido por ella. En consecuencia, es estatal toda sociedad que pierda de vista al hombre, al sacrificarlo a dogmas abstractos –interés general, patria, religión, causa suprema revolucionaria–, y es anarquista toda sociedad que sirva al individuo concreto, estimule la iniciativa de abajo arriba y garantice la libertad del hombre sin más limitación que la de sus semejantes. Sigue leyendo