Archivo de la etiqueta: GuerraCivil

Organizar la Economía en medio de una guerra

El Pleno Económico de Valencia de la CNT

Juan BERNAT

Al año casi del luctuoso mayo, empujados ya por la resaca contrarrevolucionaria, nuestra organización, el Movimiento Libertario –es de gran interés enfatizar eso de movimiento por lo que tiene de común denominador ideológico– fuimos los primeros del frente antifascista que celebramos un Pleno exclusivamente económico. De este Pleno, curiosamente, ningún exégeta habla. Más importante que los escritos de Souchy, Malefakis, Leval o Santillán, por lo sustancioso de sus acuerdos, y sin desmerecer el loable esfuerzo intelectual realizado por los hombres que cito, se ha urdido contra él una auténtica conspiración del silencio. Sin embargo, a mi entender, quedará inscrito en los anales como paradigma, o canto del cisne, del anarquismo internacional practicista, no sometido solamente a maceración especulativa.

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La secesión actual confederal confirma dos líneas históricas disemejantes. Una, pancrítica, negativa. La otra, más inteligente, menos impregnada de escolasticismo, se esfuerza en recuperar penosamente el tiempo perdido que se desaprovechó al aplicar tácticas vetustas que la sociedad española de hoy rechaza. Ahora lo más difícil para esa corriente confederal renovadora, será saber esperar serenamente el fin de esta hibernación prolongada. Saber esperar es más difícil de lo que parece. Tampoco supimos hacerlo nosotros. Me refiero a hechos que jalonan las llamadas «inútiles experiencias del pasado». Sigue leyendo

Antecedentes y cronología de los sucesos de mayo de 1937 en Barcelona

José COSTA FONT

InseparablesLos antecedentes

28 de noviembre de 1936. Intervención del Cónsul General de la URSS en Barcelona Antonov Ovscenko, denunciando, en una nota a la prensa, al órgano del POUM, La Batalla, como «participante de la prensa vendida al fascismo internacional».

Diciembre de 1936. El PSUC provoca una crisis en el gobierno de la Generalitat, consiguiendo la exclusión de Andrés Nin, Consejero de Justicia.

17 de diciembre de 1936. Pravda publica: «En Catalunya la eliminación de los trotskistas y de los anarcosindicalistas ha empezado; será llevada a término con la misma energía que en la URSS».

7 de enero de 1937. Siendo ya Joan Comorera, en representación de la UGT, Consejero de Abastecimientos de la Generalitat, su primera «providencia» es disolver los Comités de Abastos de los Sindicatos y transferir sus funciones al comercio privado, imputando una mala distribución de los productos alimenticios al anterior Consejero, J. J. Domenech, de la CNT. Sigue leyendo

Los Hechos de Mayo de 1937 en Barcelona

amigos-durrutiJoan BERNAT

La unidad de la izquierda es algo que está en la mente de todo militante obrero. Pero la unidad no será factible si no saldamos cuenta con la Historia. En ella, en el análisis de nuestro pasado colectivo, hay muchos eventos que no conviene ignorar. Los sucesos de mayo de 1937 forman parte de ese capítulo de hechos que no pueden, alegremente, pasarse por alto. Aunque algunos crean que escarbar en el pasado es imposibilitar el avance hacia la unidad de las fuerzas de izquierda, yo pienso que es precisamente en ese pasado donde podemos encontrar las enseñanzas para no repetir viejos errores y edificar una unidad que verdaderamente sirva para la liberación de la clase trabajadora. Sigue leyendo

Historia de la CNT: 1936-1939. Un periodo decisivo

Armando LÓPEZ 

Que Mayo de 1936 constituye un hito importante, trascendental, en la historia del Movimiento Libertario, es algo que no puede ponerse en duda. Esa fecha configura el deseo, firme y unánimemente sentido por los militantes confederales, de superar las crisis de tendencias que la CNT venía arrastrando desde su fundación en 1910. El Congreso que el día 10 de Mayo de ese año se inició en el Teatro Iris Park de Zaragoza, tenía que decidir sobre la orientación futura de una organización estimada en un millón de trabajadores, cuya dirección se disputaban maximalistas y posibilistas.

milicianos-anarquistas Sigue leyendo

La CNT, las milicias y el Ejército. El problema de la militarización en la Guerra civil

Miguel GONZÁLEZ INESTAL

139909_CNT___19___julio___1936Grande es la gesta que el pueblo español está escribiendo con su sangre. Todo lo grande que es el hecho de que un pueblo desarmado, con solo su idealismo generoso y su anticipado sacrificio de la vida, sin preparación especial alguna, neutralizara primero y rechazara después, en lucha violenta, a un enemigo preparado para el combate, dotado de todos los medios y complicidades. Sólo una cosa hay que pueda serie equiparada. Una figura colectiva que llena toda la historia de nuestra época: el miliciano.

Surge espontáneo y en todas partes con características muy parecidas. En el Norte, en el Sur, en el Este y en el Centro. En todas partes los llamamientos de las organizaciones hechos por la radio, por la prensa o personalmente, hallan la misma contestación: movilización en masa desde los puntos más céntricos a los más apartados rincones. En la España, hoy leal, y en la parte ocupada por los facciosos, el llamamiento fue interpretado de la única manera que podía serlo: como un signo de debilidad, mejor dicho, de impotencia para los poderes constituidos, que debía ser suplida con la intervención violenta y vigorosa del proletariado.

El sentimiento trágico de la vida y la conciencia del momento lanzaban fuera de sus talleres, fábricas y obras a los trabajadores que, vigilantes, salían a la calle día y noche dispuestos a ofrendar su vida para impedir la victoria del fascismo. Llegado el momento supremo, a falta de armas oponía al enemigo la muralla de sus cuerpos, el coraje altivo de quien renuncia a todo, hasta a la vida, para triunfar. Sigue leyendo

Los orígenes de la Guerra Civil española (1936-1939)

José BORRÁS

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Es cierto que España consiguió permanecer neutral en las grandes conflagraciones mundiales. No es menos cierto, sin embargo, que, en el espacio de poco más de un siglo –entre 1833 y 1939– los españoles se mataron entre sí en tres guerras civiles que duraron un total de doce años. Eso sin contar el sinfín de pronunciamientos y sublevaciones militares, los motines y algaradas pronto sofocados, y los prolongados conatos de guerra social larvada –con muertos y heridos en abundancia– que se produjeron en el mismo periodo. ¿Será que los españoles somos más belicosos que otros pueblos y más propensos a las luchas fratricidas? Es algo de lo que no estoy muy seguro. Sigue leyendo

Invierno de 1939: 500.000 españoles se refugian en Francia tras la victoria del fascismo

David W. PIKE

1«Un pueblo entero cae sobre Francia –escribía Jean-Clair Guyot en L’Illustration–: ricos y pobres, burgueses, comerciantes, campesinos, funcionarios públicos y militares, todos ellos mezclados con caballerías, carros, autos, con pobres ajuares, con todo lo que puede ser cargado sobre un coche, arrastrado o cargado a la espalda». Estas multitudes exhaustas, hambrientas, andrajosas, plantearán un grave problema a Francia. Un problema político, material y financiero. Nada había sido preparado para acoger a estas gentes. Las autoridades francesas serán blanco de críticas contradictorias, en el interior, procedentes de todos los partidos políticos y de la población; a nivel internacional, de ciertos países, en particular de la URSS, que ocultarán la mezquindad de su ayuda bajo virtuosas lecciones de moral. Sigue leyendo

Un Gobierno Vasco burgués en la guerra socio-civil española

Manuel CHIAPUSO

28261351La guerra en Euskadi presenta dos etapas diferenciadas. Una, la de la existencia de las Juntas de Defensa de Guipúzcoa y Vizcaya. Otra, la del Gobierno Vasco nacido después de la proclamación del Estatuto, en octubre 1936. La Junta de Defensa existió desde el 28 de julio hasta el 13 de septiembre, día en que se perdió la ciudad de San Sebastián, y la Junta de Vizcaya desde primeros de agosto hasta que se nombró el Gobierno Vasco. La característica de este Gobierno difiere en mucho con el resto de la actividad política y social en la zona republicana.

¿Por qué? Por la existencia del Partido Nacionalista Vasco (PNV), cuyo comportamiento polifacético en los albores del levantamiento militar dejó que desear. En dos provincias –Álava y la Navarra tan vinculada históricamente a la realidad vasca– colaboró más o menos estrechamente con las autoridades militares. Proclama del PNV en Vitoria cantando loas al alzamiento, firmada por Landáburu, y cartas del mismo al presidente, José Antonio Aguirre, indicando la conveniencia de actuar de forma que los militares perdonaran la existencia del Gobierno Vasco contra la sublevación militar. Documentos que se hallan en la Crónica General. En Guipúzcoa, que se decantó por la República, el PNV anduvo a la zaga y a remolque. No sabía qué carta jugar frente a la explosión popular en San Sebastián, Tolosa y Eibar. En Vizcaya fue más activo. Sigue leyendo

España 1936. La CNT, las Milicias y el Ejército Popular

Miguel GONZÁLEZ INESTAL

Grande es la gesta que el pueblo español está escribiendo con su sangre. Todo lo grande que es el hecho de que un pueblo desarmado, con solo su idealismo generoso y su anticipado sacrificio de la vida, sin preparación especial alguna, neutralizara primero y rechazara después, en lucha violenta, a un enemigo preparado para el combate, dotado de todos los medios y complicidades. Sólo una cosa hay que pueda serie equiparada. Una figura colectiva que llena toda la historia de nuestra época: el miliciano.

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Surge espontáneo y en todas partes con características muy parecidas. En el norte, en el sur, en el este y en el centro. En todas partes los llamamientos de las organizaciones hechos por la radio, por la prensa o personalmente, hallan la misma contestación: movilización en masa desde los puntos más céntricos a los más apartados rincones. En la España, hoy leal, y en la parte ocupada por los facciosos, el llamamiento fue interpretado de la única manera que podía serlo: como un signo de debilidad, mejor dicho, de impotencia para los poderes constituidos, que debía ser suplida con la intervención violenta y vigorosa del proletariado. Sigue leyendo

España 1936-1939. El gran dilema: ¿ganar la guerra o hacer la revolución?

Mariano CARDONA ROSELL*

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Se cumple hoy un año desde que comenzó la actual guerra civil que ensangrienta nuestros campos y ciudades. Durante él, la guerra civil se convirtió en social por la razón misma de su origen, se ha ido transformando en guerra internacional, librada en nuestro propio suelo, invadido y arrasado en muchos lugares por la barbarie alemana e italiana al servicio de los facciosos.

Durante este año se han recogido muchas enseñanzas en todos los órdenes; hemos acumulado una notable y valiosa experiencia. Han sido ingentes nuestros sacrificios y dolores. Las víctimas de la lucha, en nuestros frentes de guerra y en la retaguardia, numerosas. La voluntad del proletariado, potente y arrolladora. Pero lo que a mi juicio encierra una trascendencia singular, es el hecho de que termine este primer año de lucha armada contra el fascismo, habiendo conseguido el proletariado adquirir las tres certidumbres, que le inspirarán en su conducta, le estimularán su constancia y le facilitarán el camino del éxito.

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La CNT ante el golpe militar fascista de 1936. Un ejemplo de responsabilidad colectiva

Mariano R. VÁZQUEZ

cnt-faiParece que fue ayer. Del 12 al 19 de julio. Una semana de febril impaciencia. Todos esperábamos. El Comité Nacional de la Confederación Nacional del Trabajo nos había dado la voz de alerta. Desde la Secretaría del Comité Regional de Cataluña habíanse dado las orientaciones precisas.

Los anarquistas, los militantes de la CNT no descansaban, no dormían. Unos acariciaban la pistola. Otros desenterraban el fusil. Se engrasaban las armas. Y quienes carecían de ellas esperaban el toque de la sirena señal de que la reacción aparecía en la calle, para lanzarse a los lugares de combate y apoderarse de la primera arma que un caído dejara inactiva.

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Causas de la Guerra Civil. La negativa política social de la II República

Eduardo DE GUZMAN

1208183839_fCuando en abril de 1931 se proclama la Segunda República, España es una nación pobre y atrasada, con un bajo nivel de vida y rastros del feudalismo medieval en sus estructuras económicas y sociales. Aunque continúa siendo un país esencialmente agrario –sólo en Cataluña y Vasconia existen unas incipientes organizaciones industriales que viven al amparo de las elevadas barreras arancelarias– abundan los hombres sin tierra en las tierras sin hombres. Existen amplias zonas donde aún reinan el analfabetismo y el hambre física. Si en Castilla, Extremadura y Andalucía predomina el latifundismo con fincas de enorme extensión superficial poco y mal cultivadas, en el Norte, fundamentalmente en Galicia, el minifundio hace que las gentes se maten de trabajar sin lograr lo suficiente para malvivir. Existe un abismo con las condiciones existentes en el resto de la Europa occidental y la emigración trasatlántica sigue siendo la única salida válida para buena parte de la juventud. Sigue leyendo

Durruti, Ascaso y García Oliver

Francisco CARRASQUER

1. Zaragoza, la clave

trioTodo el mundo sabe cómo se perdió Zaragoza, pero nadie se lo explica. Recuerdo los días, las semanas, los meses en que se estuvo discutiendo el tema en el frente de Aragón, al comienzo de la guerra. Con qué dolor se comentaba la traición del general Cabanellas y con qué acentos iracundos se pedían responsabilidades a los pocos militantes cenetistas que habían podido salir de Zaragoza. Entre correligionarios, no se daba la culpa al gobernador civil ni al confiado gobierno central que no había sospechado de un gobernador militar felón, sino que se pedía la cabeza de la dirección cenetista zaragozana, en la creencia de que allí donde triunfó el antifascismo fue exactamente donde triunfó la CNT, a pesar o en contra de las autoridades oficiales y oficiosas. Si en Barcelona se había derrotado al ejército faccioso, ¿no había sido porque la CNT no había esperado órdenes de nadie y se había saltado a la torera todas las medio medidas e instrucciones de los políticos en el poder y todas las recomendaciones de las oficiosas «fuerzas vivas»? Fue en Barcelona donde, por primera –y única– vez, el pueblo derrotó al ejército, en acción directa –a pesar de la Generalitat– y omisión indirecta –contra la voluntad del gobierno de Madrid–. En los medios milicianos del frente de Aragón se creía a pie juntillas que no había otro medio de salvación de la República que el de entregar al pueblo todas las armas posibles. Pero ni Azaña, ni Casares Quiroga, ni Companys, ni Miaja, ni Núñez del Prado, ni ningún manipulador del aparato político de la hora, quería llegar a ese extremo. A la distancia histórica de hoy bien puede afirmarse tranquilamente que todas las plazas fuertes españolas se perdieron para la República por no ceder a la desesperada reclamación de armas por parte del pueblo; así como por el contrario, las que se salvaron lo fueron por haber desbordado la calle toda autoridad y haberse hecho con las armas sin más contemplaciones. Sigue leyendo

El 19 de julio de 1936 en África

Francisco DIREITIÑO

Moorish Soldiers in Madrid¿Cómo podemos referirnos, los que por allá vivíamos, a la efemérides del 19 de julio, en la risueña y blanca ciudad del Estrecho –donde Hércules aportó con ensoñaciones y desvelos una obra grande que, al no cristalizarla, tomó refugio en las famosas grutas que hoy llevan su nombre– amaneció inquieta, nerviosa, aunque diáfanamente desnuda de su espíritu españolista? Los bulos de los primeros instantes se transformaban rápidamente de rumores en realidades.

Vientos de desolación y de muerte barrían las ciudades de soberanía. Ceuta y Melilla conocían por igual el espíritu que animaba a las hordas salvajes… y esto el 18 de julio… Los siguientes y primeros días del levantamiento, nos traían nuevos alientos. Sigue leyendo

El 18 de julio de 1936 en Andalucía

Miguel PÉREZ CORDÓN

Miliciana_Guerra_Civil[1]Es imposible narrar en unas cuartillas lo que precisaría un extenso libro. Sólo podremos ofrecer una incompleta síntesis del sacrificio y la lucha colectiva de las ocho provincias andaluzas en los comienzos de la sublevación. Algún día se escribirá la historia completa con nombres de héroes y nombres de traidores, de revolucionarios y de apóstatas.

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19 de julio de 1936 en Euskadi

Galo DIEZ*

26-milicias-vascas-copiaAl hacerse el recuento de las provincias en que los fascistas levantados en armas habían conseguido adueñarse de la situación, y aquellas otras en que el pueblo, en su empuje y bravura, había conseguido someter y aplastar a los sublevados, casi fue unánime la extrañeza porque en la parte del Norte Vasco (excepto Vitoria) se hubieran impuesto los leales. ¿Era lógica esta creencia?

Su historia anterior a la última guerra carlista, que por desarrollar en su seno las máximas actividades, dejó inyectado en su espíritu una regular dosis de sus esencias reaccionarias; historia preñada de espíritu liberal y esencias democráticas en grado tal, que en su administración y decisiones políticas no permitía ninguna clase de influencias ni ingerencias extrañas, y las dogmáticas menos que ninguna. Sigue leyendo

19 de julio de 1936 en Galicia

Claro J. SENDÓN*

alonso_rios_estatuto600Como en todos los lugares, el 19 de julio amaneció en Galicia con una tormenta a fondo. Algo se movía en la conciencia popular a pesar de todas las tibiezas y seguridades que al pueblo daban los encargados de regir los destinos de un pueblo tan sensible como el nuestro. En Coruña y otras ciudades se reciben las primeras noticias de la sublevación en infinidad de lugares de España. Había en ellas algo que pretendían dar confianza y seguridad, ya que en Galicia aún no se había iniciado el ataque de la traición. Por fin, el 21 de julio llegó a los pueblos la noticia de la sublevación de las tropas de la guarnición de La Coruña. En las calles de la ciudad herculina, se riñeron encarnizados combates, y militantes confederales, socialistas y algún republicano de verdad, se enfrentaron al fascismo y los mantuvieron a raya hasta el día 22. Sigue leyendo

El 19 de julio de 1936 en Aragón

Miguel CHUECA

1286309979821_E9492B81-F773-4F5D-BB85-8255160D645C_dnZaragoza. Sobre las cuatro de la madrugada, fuerzas militares rompen el silencio de la capital. En la ciudad flotaba un ambiente general de inquietud y zozobra. ¿Qué pasa?, se preguntaban los transeúntes, poniendo en su pregunta un deje de extrañeza… «Es que Cabanellas ha sacado la tropa para defender la República, amenazada por los fascistas»… Radio Aragón repetía con machacona insistencia: «No vamos contra la República; iViva España! ¡Viva la República!… Sigue leyendo

El 19 de julio de 1936 en Asturias

José RIERA

139909_CNT___19___julio___1936¡19 de julio! Aparece esta fecha envuelta en negros augurios. La CNT se propone de una vez colocar las cartas boca arriba. Entiende que ha llegado la hora en que el pueblo se haga con las armas que hay en Oviedo. Varios sectores se oponen. Creen que no ha llegado el momento oportuno. Nuestros representantes, con la energía que les otorga su perfecta visión del problema, insisten: «Tenemos el convencimiento firmísimo de que es perfecto el divorcio existente entre los militares y el pueblo en pie para aplastar el levantamiento…»

No fuimos escuchados. Digamos, en honor a la verdad, que la fracción comunista, junto con el camarada Javier Bueno, director de Avance, coincidían con nuestro pensamiento. Sigue leyendo

El 19 de julio de 1936 en Valencia. Quince días de incertidumbre

Juan LÓPEZ*

Siempre hemos dicho que el 18 de julio es hijo de un compuesto de claudicaciones y de imprevisiones. Algunas de estas, encarnadas en la persona de gobernadores frívolos y cobardes que, los antecedentes de su gestión en el primer bienio republicano, los había calificado como hombres incapaces de realizar una política de firmeza y de comprensión del proceso revolucionario de España.

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En Valencia teníamos un gobernador que encarnaba la incapacidad y la política frívola. Tanta era su incapacidad que, pocos días antes del estallido militar fascista, con motivo de la muerte de Calvo Sotelo, y ante rumores alarmantes que denotaban la movilización de los sublevados, afirmaba que por parte de las autoridades de Valencia y su guarnición no existía la menor duda acerca de la fidelidad de éstas fuerzas al régimen. Sigue leyendo