Por Rafael Taylor [roar magazine]. Traducción Alasbarricadas.
A medida que la perspectiva de la independencia kurda se hace cada vez más inminente, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) se transforma en una fuerza para la democracia radical.
Excluidos en 1923 de las negociaciones del Tratado de Lausanne y traicionados en el mismo después de que los aliados de la primera guerra mundial les prometieran un estado propio tras la partición del Imperio Otomano, los kurdos son la mayor minoría del mundo sin un estado. Pero hoy en día, aparte de una obstinada Irán, cada vez hay menos obstáculos para una independencia de iure kurda en el norte de Iraq. Turquía e Israel han prometido su apoyo, mientras que las manos de Siria e Irak están atadas por los rápidos avances del Estado Islámico (antes ISIS). Sigue leyendo