James JOLL

Kropotkin había nacido en 1842 en el seno de una de lasfamilias más rancias de la nobleza rusa. Ya desde niño demostró particularesaptitudes para la literatura y la especulación intelectual. En sus Memorias de un Revolucionario ofrece unavívida y singular descripción de la conversación que una tarde tuvo con suhermano, quien se había escapado de la Escuela Militar para ir a verle;estuvieron juntos hasta medianoche, «charlando sobre la nebulosa y la hipótesisde Laplace, la estructura de la materia, las luchas del papado con el poderimperial bajo Bonifacio VIII y sobre otras muchas cosas». No obstante,Kropotkin recibió una educación sumamente rígida, pasando a formar parte,personalmente recomendado por el zar Nicolás I, del Cuerpo de Pajes, lo que seconsideraba un privilegio. Pero no tardó en rebelarse contra la disciplina ylos convencionalismos de la vida cortesana, solicitando, con gran pesar porparte de su familia, que se le destinase a un regimiento destacado en Siberia,donde con tiempo sobrado para leer y meditar empezó a considerar los problemassociales y filosóficos. Leyó a Proudhon y se interesó vivamente en los temas dela reforma carcelaria. Al mismo tiempo, sacó partido de su permanencia en unaremota zona del Asia central para convertirse en un geógrafo y austeroexplorador científico. Sus muchas lecturas, su actividad científica y suexperiencia –que debía al hecho de ser miembro del cuerpo de los grandeshacendados– en los problemas agrarios de los días de la emancipación de lossiervos, así como la ira que suscitó en él el trato dispensado a losprisioneros polacos tras la revuelta de 1863, contribuyeron a reforzar laindependencia de su carácter, encaminándole por los cauces del radicalismopolítico.
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