Carta de Kropotkin a Ferrer Guardia

Este es el contenido de la carta que Piotr Kropotkin envió Francisco Ferrer Guardia con motivo de la publicación de la revista L’École Rénovée.

Querido compañero y amigo:

Veo con placer que lanza usted a la publicidad L’École Rénovée y siento no poder dedicar a esta publicación todo el apoyo que desearía prestarle.

ferrer2Todo está por hacer en la escuela actual. Ante todo la educación propiamente dicha, es decir, la formación del ser moral, o sea el individuo activo, lleno de iniciativa, emprendedor, valiente, libre de esa timidez del pensamiento que caracteriza al hombre educado en nuestra época, y al mismo tiempo sociable, capaz de sentir su unidad con todos los hombres del universo entero, y, por tanto, despojado de las preocupaciones religiosas, estrictamente individualistas, autoritarias, etc., que nos inculca la escuela.

En todo esto, no hay duda que la obra de la escuela más perfecta será dificultada siempre mientras la familia y la sociedad obren en direcciones opuestas; pero la escuela ha de reaccionar contra estos dos factores. Y puede hacerlo, por la influencia personal de los que enseñan y por el modo de enseñar.

Para esto se necesita evidentemente crear poco a poco nuevas exposiciones de todas las ciencias concretas en lugar de los tratados metafísicos actuales, societarios –«asociacionistas», permítaseme la palabra– en lugar de individualistas; y de los tratados «populistas» hechos desde el punto de vista del pueblo, en lugar del punto de vista de las clases acomodadas, que domina en toda la ciencia actual y sobre todo en los libros de enseñanza y lo mismo sucede respecto a todas las ciencias, la biología, la fisiología de los seres vivientes en general, la sicología y hasta respecto a las ciencias físicas y matemáticas.

Ahora bien; la enseñanza de todas las ciencias, desde las más abstractas hasta las ciencias sociológicas y económicas y la sicología fisiológica del individuo y de las multitudes exige ser reconstruida para ponerse al nivel de lo que impone ya la misma ciencia actual.

Las ciencias han progresado de una manera inmensa durante el último medio siglo, pero la enseñanza de estas ciencias no ha seguido el mismo desarrollo.

Ha de marchar al mismo paso, y esto, de una parte para que la instrucción no sea un obstáculo al desarrollo del individuo, y también porque el ciclo de la instrucción necesaria en este momento se ha ensanchado de tal modo, que con el esfuerzo de todos es preciso elaborar los métodos que permitan la economía de las fuerzas y de tiempos necesarios para conseguirla en la actualidad. En otro tiempo, los que se dedicaban a una carrera de cura, de sabio o de gobernante, eran los que estudiaban, y no reparaban en emplear sus estudios diez o quince años. Ahora todo el mundo quiere estudiar, desea saber, y el productor de las riquezas, el obrero, es el primero que lo exige para sí. Pues sí: puede estudiar, debe saber.

No debe quedar un sólo ser humano a quien el saber –no el semisaber superficial, sino el verdadero saber– se le niegue por falta de tiempo y de medios.

Hoy, gracias a los progresos inauditos del siglo XIX, podemos producir todo lo necesario para asegurar el bienestar de todos. Y al mismo tiempo podemos dar a todos el goce del verdadero saber.

Mas para esto han de reformarse los métodos de enseñanza.

Kropotkin1

Piotr Kropotkin

En último término habrá que recurrir a la enseñanza integral; a la enseñanza que por el ejercicio de la mano sobre la madera, la piedra y los metales habla al cerebro y le ayuda a desarrollarse.

Se deberá llegar a la integración del trabajo manual con el trabajo cerebral que predicaban ya el obrero y la Internacional, y entonces se verá la inmensa economía de tiempo que se realizará con los jóvenes cerebros, desarrollados a la vez por el trabajo de la mano y del pensamiento.

El campo del cultivo en la enseñanza es tan extenso, que se necesita el concurso de todas las inteligencias libres de las brumas del pasado inclinadas hacia el porvenir. Todas hallarán en él una inmensa tarea que realizar.

Mis vehementes deseos de éxito a L’École Rénovée.

Saludo fraternal. Piotr Kropotkin

Publicado en Polémica, n.º 40, enero 1990

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Acerca de Polémica

El primer número de la revista Polémica se publicó en 1980 en Barcelona. Polémica se define como libertaria, desde una posición abierta y sin reconocer verdades absolutas ni doctrinas oficiales. Entendiendo lo libertario más como búsqueda de respuestas que como afirmación de principios, procurado siempre compaginar la firmeza en las convicciones propias con el respeto a las ideas de los demás. Esto nos ha permitido contar con un amplio y variado abanico de colaboradores. Polémica procura siempre ser rigurosa, sin sacrificar la objetividad a la propaganda fácil, ni el análisis a la comodidad del tópico consabido. Polémica siempre ha estado estrechamente comprometida con la realidad político social y con las luchas por la libertad y por una sociedad justa y solidaria.

2 comentarios en “Carta de Kropotkin a Ferrer Guardia

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