En 1942, en los montes de Ferradillo (León), un grupo de guerrilleros de diferentes tendencias se unieron con un objetivo común: acabar con el régimen franquista. De esta forma se creaba la primera organización armada de resistencia antifranquista en la España de posguerra y Marcelino de la Parra, militante de la CNT, era nombrado asesor.
Antonio TÉLLEZ SOLÀ
Marcelino de la Parra Casas, nacido en las Ventas de Nava (León) en 1911,1 de profesión mecánico, fue uno de los guerrilleros leoneses más destacados en la lucha armada antifranquista después de la caída del frente astur-leonés el 21 de octubre de 1937, junto con el jornalero ugetista Manuel Girón Bazán, nacido en Salas de los Barrios (León) en 1910. Las vidas de estos dos combatientes fueron paralelas: ambos lucharon por la zona de las Murias, con el ejército republicano, en la retaguardia enemiga del frente leonés, pues eran grandes conocedores del terreno; juntos llegaron a Asturias, donde combatieron en la División Recalde (o División B, mandada por José Recalde Vela) siempre en misiones de sabotaje detrás de las líneas enemigas; juntos terminaron la guerra y, cuando desapareció el Frente Norte, Marcelino de la Parra, Manuel Girón Bazán, Victoriano Nieto Rodríguez y otros ex combatientes salieron de Pola de Lena y 14 días después llegaban a Villaverde de la Abadía (León), pueblo de Victorino. Marcelino de la Parra llegó casi descalzo y su compañero y amigo le dio zapatos nuevos.2 De allí salieron rumbo a El Bierzo y Cabrer, que era la zona leonesa que Girón mejor conocía.
Bastantes ex combatientes asturianos fueron incorporándose a Casaio hasta mediados de 1939, que por aquel entonces era un refugio seguro, pues las fuerzas represivas no se atrevían a penetrar allí. Y después, Parra y Girón siempre anduvieron juntos. Eran amigos entrañables, ambos con nervios de acero. Marcelino era un mecánico extraordinario. Según el guerrillero socialista Marcelino Fernández Villanueva,3 Parra era capaz de convertir una pistola normal en una ametralladora.4
Según el guerrillero superviviente Mario Morán García,5 que siempre estuvo al lado de Marcelino de la Parra, éste era, temperamentalmente hablando, lo opuesto de Girón, y quizá esta era la razón por la que se entendían de maravilla. Parra, por ejemplo, no tenía el menor sentido del humor; en cambio, Girón siempre andaba bromeando. Éste era frío, tranquilo, Girón era mucho más apasionado. Girón era un fumador empedernido, siempre con un cigarrillo en los labios, Parra no fumaba. Pero tenían una cosa en común, eran capaces de darlo todo por un amigo.
Cesar Ríos Rodríguez,6 que también salió vivo de la tragedia, acreditó el carácter apacible y sosegado de Parra, pues decía que «si tenía hambre comía, si tenía sueño dormía, pero que no era amigo de discusiones ideológicas y raramente las mantenía».
En los montes de Casaio permanecieron hasta el 27 de julio de 1940 ultimando preparativos para ir a Portugal, y el citado día salieron Manuel Girón, Marcelino de la Parra, Enrique Oviedo Blanco (Chapa), José Vega Seoane (Ánimas),7 Eduardo Pérez Vega (Tamairón), Abelardo Macías Fernández (Liebre),8 con un grupo importante, pero los citados regresaron a los montes de Casaio antes de internarse en Portugal, mientras sus compañeros de viaje proseguían el camino, pero después de no pocas peripecias y enfrentamientos con la Guardia Republicana portuguesa, en los que sufrieron algunas bajas, también regresaron a la Sierra del Eje, donde estaba el grueso de la resistencia galaico-leonesa. Ante la evidencia de que no tenían escapatoria, se planteó entonces la necesidad de organizar las partidas guerrilleras, tarea algo complicada debido a la composición heterogénea de las mismas, pero algunos leoneses, como Girón, Parra y Abelardo Macías Fernández, que eran los que más ascendiente tenían en los hombres del monte, eran decididos partidarios de la lucha armada contra el régimen franquista.
En el verano de 1941 se crearon buen número de partidas, que fueron el embrión de las futuras unidades guerrilleras en el Bierzo, zona de Trives (Orense), Casaio, etc. El grupo de La Cabrera quedó al mando de Marcelino de la Parra Casas. En el mes de abril de 1942 se reunieron en los Montes de Ferradillo, próximos a Ponferrada (León) veinticuatro guerrilleros leoneses, asturianos y gallegos, que representaban todas las tendencias del antifranquismo, entre los cuales no podía faltar Marcelino de la Parra, para constituir la Federación de Guerrillas del León-Galicia. Las tendencias políticas de los asistentes eran: cuatro anarcosindicalistas (Parra, Abelardo Macías Fernández (Liebre), Abelardo Gutiérrez Alba (Abelardo),9 y Victoriano Nieto Rodríguez;10 cinco socialistas, seis ugetistas, cuatro comunistas y cinco sin militancia definida. Todos ellos, con excepción de un herrero y un mecánico, eran mineros, jornaleros y labradores. Los estatutos fueron aprobados por unanimidad. Se eligió un Comité Director, presidido por Marcelino Fernández Villanueva (Gafas), jefe de Estado Mayor y máximo dirigente, y como asesores fueron nombrados: Marcelino de la Parra (CNT), Mario Morán García y César Ríos Rodríguez (socialista). Los comunistas de la Federación eran entonces muy minoritarios para aspirar a participar en el Comité Director.
Fue la primera organización armada de resistencia antifranquista constituida en España en la posguerra (con medio centenar de hombres en sus filas). Esta primera organización guerrillera no la pudo hegemonizar el Partido Comunista, pero sí destruirla más adelante. Fue en 1942 cuando entraron en acción la «contrapartidas», grupos de guardias civiles que se vestían como los guerrilleros y vivían como los antifranquistas del monte, unidades que desempeñaron un papel muy importante en la lucha antiguerrillera. 1942 fue un año en el que se registraron bajas por ambos lados. El 4 de septiembre doce guerrilleros interceptaron un autobús de la línea Truchas-La Bañeza (León), pero ignoraban la presencia en el vehículo de una pareja de la Guardia Civil, lo que sabían perfectamente es que aquel día viajaba un recaudador de impuestos. En el kilómetro 12, a la altura del término de Morla, el autobús fue detenido, pero se inició un tiroteo en el que murieron los dos guardias y cuatro viajeros, otros cinco resultaron heridos. El asalto fue inmediatamente atribuido por las autoridades a muchas personas que fueron detenidas, y entre los asaltantes se decía que había actuado Marcelino de la Parra, junto con Enrique Oviedo Blanco (Chapa), bajo la dirección de Marcelino Fernández (Gafas). Pero al día siguiente la información fue rectificada por el propio gobernador militar, Severino Pacheco, quien puntualizó que muchos de los supuestos autores eran simplemente enlaces de los guerrilleros, y que la responsabilidad de la acción sería determinada en los respectivos Consejos de Guerra.
En el mes de junio de 1943 los guerrilleros se reunieron de nuevo en los Montes de Ferradillo para celebrar el segundo Congreso de la Federación, al que asistieron los guerrilleros que operaban en El Bierzo, y los jefes de partidas del oriente orensano y de la zona nororiental de Lugo. El Comité Director fue transformado en Estado Mayor, siendo reelegidos en sus cargos Marcelino de la Parra, Mario Morán García y su máximo dirigente Marcelino Fernández Villanueva. Entre los días 10 y 12 de octubre de 1944 se celebró en los montes de Casaio un nuevo Congreso de la Federación y fueron ratificados en sus cargos los mismos guerrilleros ya citados. Pero los comunistas, que habían incrementado su influencia con militantes llegados del exilio, lograron que Francisco Elvira Cuadrado fuera nombrado comisario adjunto del Estado Mayor, en representación del PCE, con el propósito de conseguir en breve plazo su hegemonía en la Federación. A dicho Congreso asistió un delegado de la Unión Nacional Española (UNE) y Eusebio Azañedo Grande,11 como representante de la CNT.
A mediados del mes de julio de 1945, en los valles de La Bruña (montes de Casaio) se celebró un nuevo Congreso, denominado «de Reunificación», tendiente a unificar las diversas tendencias, más especialmente la de los comunistas partidarios de la Unión Nacional Española (UNE), y las que daban preferencia a la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas (ANFD). Durante la celebración de este Congreso, una contrapartida mató en combate a los guerrilleros comunistas Francisco Elvira Cuadrado y Arcadio Ríos Rodríguez.12 Aunque el Congreso rectificó en sus cargos al Estado Mayor y aprobó la adhesión a la ANFD, con lo cual quedo «zanjado sobre el papel» el problema de la unidad y la pluralidad de la Federación, en la práctica significó la consumación de la ruptura, ya que la muerte de los dos comunistas citados, decididamente partidarios de la unidad, impidió cualquier posibilidad de acuerdo con los estalinistas, y se consumó la escisión encabezada por Evaristo González Pérez (Roces) y Guillermo Morán García,13 el 18 de agosto, y la creación de un supuesto y ampuloso Ejército Guerrillero de Galicia. A partir de entonces, la mayor parte de los militantes o simpatizantes comunistas abandonaron León para concentrarse en la provincia de Orense. Los guerrilleros que no quisieron integrarse a dicho «Ejército», permanecieron en territorio leonés, como Enrique Oviedo Blanco (Chapa), Victorino Nieto Rodríguez, Abelardo Macías Fernández (Liebre), entre otros muchos. Sin embargo, Marcelino Fernández (Gafas), Manuel Girón Bazán, Marcelino de la Parra y Enrique Oviedo Blanco, después del Congreso «de Reunificación» se habían retirado a Casaio, pero todavía realizaron un nuevo intento unitario, y para ellos Marcelino Fernández Villanueva se trasladó, a finales de 1946 a Lugo, para intentar entrevistarse con los responsables del Partido Comunista en Galicia, para resolver el problema de las alianzas y proponer un marco unitario para la lucha armada, pero no consiguió hablar con los dirigentes del PCE, y una serie de vicisitudes le impidió regresar a la provincia de León.
El Congreso de la Reunificación significó el fin de la unidad antifranquista y, por consiguiente, también el principio del fin de la Federación Guerrillera de León-Galicia. Algunos de los más significados combatientes lograron salir de España entre 194814 y 1949, por diversos conductos, pero Marcelino de la Parra Casas, cenetista, partidario de una organización guerrillera sólida y hombre de gran prestigio en la lucha antifranquista armada, no tuvo la misma fortuna. Intentó la huida a través de la frontera catalana, pero fue detenido el 14 de mayo de 1948 en Tarragona, cuando se disponía, en la oficina de Correos, a enviar una carta a sus antiguos compañeros de guerrilla comunicándoles la inminencia de su partida al extranjero. Se había refugiado en el domicilio de una hermana, pero ésta reveló su identidad al novio que era policía. Marcelino de la Parra fue trasladado a la capital leonesa y reconstituyó para las autoridades el organigrama, que ya conocían, de la Federación ya desaparecida. Muchos de los informes policiales sobre León empiezan con esta coletilla: «Según testimonio de Parra…». Según algunos, Parra habló mucho, pero si así fue lo hizo sin decir nada, pues su información correspondía a una época anterior, ya liquidada, y ninguno de los guerrilleros citados, como muy bien sabía Parra, se encontraba entonces en la provincia de León. De los que Parra sabía que todavía se encontraban en el monte, no dijo ni una sola palabra.
Marcelino de la Parra fue condenado a muerte y agarrotado el día 8 de noviembre de 1948. Fue enterrado en el cementerio civil de León. En el libro de entierros especifica que murió por «estrangulamiento». Cuando ejecutaron a Marcelino de la Parra, Marcelino Fernández Villanueva (Gafas) y César Ríos Rodríguez ya se encontraban en Francia desde hacía algunos días, y un mes antes de que Mario Morán García consiguiera cruzar la frontera hispano-francesa por el mismo lugar que Parra no lo consiguió. Otros guerrilleros decidieron proseguir la resistencia, como los cenetistas Abelardo Macías Fernández (Liebre) y Victoriano Nieto Rodríguez, o el comunista Oliveros Fernández Armada (Negrín),15 entre otros. Manuel Girón Bazán todavía sobrevivió a su amigo Parra dos años y medio, y fue la traición lo que logró eliminarlo. Fue asesinado el 2 de mayo de 1951 en Molinaseca (León) por José Rodríguez Cañuto, un agente de la Guardia Civil infiltrado, quien percibió 74.000 pesetas como premio de su felonía.
Notas
1. Se ha dicho que Marcelino de la Parra nació en La Robla o en León capital. Hemos elegido la versión que figura en Historia del anarquismo leonés, León 1993, p. 195.
2. Secundino Serrano: La guerrilla antifranquista en León, Siglo XX de España Editores, Madrid, 1968.
3. Marcelino Fernández Villanueva nació el 10 de marzo de 1914 en Olloniego (Asturias) y murió en Argentina en 1999. Formó parte de los 29 guerrilleros evacuados por el puerto de Luanco el 20 de octubre de 1948, y que desembarcaron en San Juan de Luz (Francia) el día 24.
4. Carlos G. Reigosa: La agonía del León, Alianza Editorial, Madrid, 1966, p. 51.
5. Mario Morán García nació en Mieres (Asturias) en 1915. El 26 de diciembre de 1948 pasó a Francia junto con el guerrillero Benigno García González (Viejo). En 1951 partió a México, donde murió en 1992. Pertenecía a la Juventudes Socialistas.
6. César Ríos Rodríguez nació en Siero (Asturias) en 1915 y murió en 1997.
7. José Vega Seoane (Ánimas) nació en Xares, comuna de A Veiga do Bolo (Orense) y murió el 9 de julio de 1945 en la Sierra de Corbaceira (Zamora). Véase Antonio Téllez: A guerrilla antifranquista de Mario de Langullo, Ediciones A Nosa Terra, 2000, pp. 81, 86.
8. Abelardo Macías Fernández (Liebre) nació en Lago de Carucedo (Ponferrada) en 1912 y murió el 17 de marzo de 1949 en Villasinde (Vega de Valcarce, León).
9. Abelardo Gutiérrez Alba (Abelardo) nació en 1912 en San Miguel de Cervantes (Lugo). Se lanzó al monte en los primeros días de la sublevación militar junto con sus hermanos Baldomero y Jovino, su hermana Domitila, su madre Consuelo Alba Digón y un tío, Segundo Alba Digón. A finales de 1939, junto con Marcelino de la Parra y Manuel Girón Bazán, encabezaba una importante partida guerrillera. En 1947, mediante una red de evasión de la CNT en el País Vasco pasó a Francia con sus dos hermanos. Luego regresó a España dos veces para ayudar al resto de su familia a pasar a Francia.
10. Victoriano Nieto Rodríguez nació en 1911 en Villaverde de la Abadía (León). En 1948 era el responsable de un grupo independiente que no quiso seguir las consignas comunistas. El 17 de marzo de 1949 Victoriano Nieto fue sorprendido en Villasinde (León) con su compañera Elpidia Morán Alonso y los guerrilleros Abelardo Macías Fernández, Hilario Álvaro Méndez y Oliveros Fernández Armada (Negrín). Nieto logró escapar con Negrín, mientras los demás murieron. Logró pasar a Francia y luego emigró a México.
11. Eusebio Azañedo Grande era en 1942 el secretario general provisional del Comité Nacional de la CNT. Detenido en 1943 fue sustituido por Manuel Amil Barcia, que acababa de salir de la cárcel. Azañedo fue nuevamente miembro del Comité Nacional de Manuel Villar Mingo en 1947, y el mismo año fue otra vez a parar a la cárcel. Internado en Ocaña, participó el 8 de mayo de 1948 en la evasión de 12 militantes de la CNT.
12. Francisco Elvira Cuadrado, nativo de Guadalajara, murió el 27 de julio de 1946 junto con Arcadio Ríos Rodríguez, en la Sierra del Eje (Casaio, Orense). Este último era nativo de Evia, nacido en 1911.
13. Evaristo González Pérez (Roces) y Guillermo Morán García murieron el 20 de abril de 1949 en Chavaga, del partido judicial de Monforte de Lemos, en un enfrentamiento con la Guardia Civil. Véase Antonio Téllez: A guerrilla antifranquista de Mario de Langullo, Ediciones A Nosa Terra, Vigo, 2000, pp. 131-134·
14. A principios de 1948 lograron pasar a Francia Laurentino Álvarez Rodríguez, Casimiro y Amable Fernández Arias, Hilario Martínez Largo y Etelvino Fernández Méndez. A finales del mismo año lo hizo Amadeo Ramón Valledor.
15. Oliveros Fernández Armada (Negrín) era en 1947 miembro de la partida de Silverio Yebra Granja (Atravesao), uno de los seis grupos de la Segunda Agrupación del «Ejército Guerrillero» creado por los estalinistas y que destruyó la unidad antifranquista en León y Galicia. Negrín logró pasar a Francia en 1950.
Publicado en Polémica, n.º 84, abril 2005
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