Juan GARCIA DURÁN
La estancia de Willy Brandt en España, entre febrero y junio de 1937, dio mucho que hablar –sobre todo a sus enemigos– sin que, en realidad, su presencia tuviera una destacada significación. La acusación que con más frecuencia se le hizo fue la de «protrotskista», como puede verse, por sólo dar un ejemplo, en La Llibertat (edición alemana) n.º 11, enero 1938. Aquí se le acusa, entre otras cosas, de haber preparado, ideológicamente, el levantamiento de mayo del 37 en Barcelona, y ser un fiel abogado de la política del POUM. Lo que no ha impedido que también se le acusara de agente de la Komintern.
Brandt, durante el decenio de los años treinta no fue miembro del SPD, sino de una fracción izquierdista escindida de éste, en 1931, que tomó el nombre de Partido Obrero Socialista (Socialistische Arbeiterpartei SAP).
Temiendo la persecución nazi huyó de Alemania a Dinamarca, y de allí a Noruega, donde cambió su nombre de pila, Herbert Frahm, por el de Willy Brandt, que continuó manteniendo a su vuelta a Alemania. También había usado un pasaporte a nombre de Gunner Gaasland, para trasladarse a España.
En Oslo fue periodista y representante de las juventudes de su partido (SJVD) en el Buró Internacional de Organizaciones Juveniles Revolucionarias, fundado por grupos socialistas y trotskistas.
A su llegada a Barcelona se hospedó en un hotel del POUM (Hotel Falcón), donde coincidió con Orwell y vivieron juntos durante algún tiempo.
En marzo de 1937, estuvo con una unidad del POUM –al que él llamaba «partido hermano» del SAP– que formaba parte de la división Lenin desplegada ante Huesca. En Attacks vor den Toren von Huesca relata las luchas por el manicomio de esta ciudad.
En su archivo aparecen informes enviados desde España a la dirección de su partido (SAP) en París; otros al Comité de Ayuda a España, de Noruega; así como reportajes para periódicos, cartas, recortes de prensa, actividades políticas, encuentros y discusiones, ponencias, periódicos, etc. Quizá el documento más importante sea la ponencia que bajo el título «Un año de guerra y revolución en España» presentó ante la ejecutiva de su partido en París, en julio de 1937, que con pequeñas modificaciones, fue adoptada por el SAP.
Lo que sigue tiene el doble objetivo de mostrar escuetamente la actuación de Brandt, en relación con la guerra civil y, de rechazo, deducir lo que se puede encontrar en su archivo, ya que éste es la fuente del relato. Por otra parte, y teniendo en cuenta que no existe un archivo del POUM, con el que Brandt estuvo tan relacionado, al igual que con los líderes internacionales del trotskismo, creemos que aquí se encuentran documentos serios y objetivos que dan una idea al investigador sobre este partido tan calumniado como poco estudiado objetivamente.
El SAP, en España, tuvo una representación cerca del POUM, iniciada por Max Diamant, y seguida, entre febrero y junio del 37, por Willy Brandt. La proximidad de este partido con el POUM queda también demostrada por el hecho de que, de unos 40 exiliados del SAP en París, 24 fueron a luchar a España en las filas del POUM. Además, entre ambos, POUM y SAP, sacaron una publicación mensual en alemán: Die Spanish Revolution, bajo la dirección de Brandt y Max Diamant, que resultó de corta duración y que sólo aparecieron siete números, que van de diciembre de 1936 a mayo de 1937. Es en los artículos que aquí aparecen donde se pueden ver las divergencias y coincidencias entre ambos partidos y sus dirigentes. La principal era que Brandt y la mayoría de su partido sostenía que primero había que ganar la guerra, mientras que el POUM anteponía la revolución. Esto llevó a que las relaciones entre ambos partidos se enfriaran y, en gran medida, fue la causa de que Brandt dejara España en junio de 1937, defraudado, aunque siempre condenó los ataques comunistas de que era víctima el POUM.
En sus informes percibimos sus concepciones históricas e ideológicas. Uno de ellos, que inicia con la implantación de la República, en 1931, dice:
«Tenía aún delante de sí, las tareas más esenciales de la revolución burguesa: la ruptura del poder de la Iglesia, de la aristocracia, de los latifundistas y de los demás elementos del feudalismo. Un feudalismo íntimamente ligado y entremezclado con las fuerzas del gran capital español e internacional».
Pero un año después del comienzo de la guerra, cree que «las tareas de la revolución burguesa en su gran mayoría, habían sido solucionadas de un golpe, en la mitad antifascista de España». Añadiendo que se habían dado «los primeros pasos de la revolución socialista».
A pesar de los fracasos, incluso personales, la guerra civil fue para Brandt, «el acontecimiento más grande en la historia del movimiento obrero internacional desde la gran revolución rusa». Es curioso observar en todos sus escritos una gran simpatía por el POUM, a pesar de que coincidía bastante más con la política del Partido Comunista en lo referente a los problemas más importantes de la guerra. Incluso –coincidiendo con los comunistas– está en contra de las colectivizaciones, que llamaba «capitalismo sindical». Sin embargo, se pronunciaba por la «nacionalización de las tierras y la creación de cooperativas campesinas de producción y consumo». No aplicaba a la tierra y los campesinos el mismo principio que a la industria y los obreros.
Publicado en Polémica, n.º 15-16. enero 1985