¿Quiénes son Pippo Stasi y Alfredo Maria Bonanno?

Antonio Téllez

Los procesos contra Alfredo Maria Bonanno y Pippo Stasi son ejemplos de la persecución que han sufrido y sufren en Italia los grupos anarquistas desde los años setenta hasta ahora mismo. Bonanno, con 74 años, fue puesto en libertad hace sólo tres años por razones de edad. En este artículo, publicado en Polémica en octubre de 1989, Antonio Téllez hace un relato de la vida de estos dos anarquistas con motivo de uno de los múltiples procesos judiciales que sufrieron a lo largo de su vida. 

cristhof

Pippo Stasi y Alfredo Maria Bonanno son dos militantes del movimiento anarquista italiano, que se han destacado constantemente por su participación en las luchas sociales, y por su contribución teórico-práctica a un proceso revolucionario a través de las páginas de la revista Anarchismo y el periódico Provocazione.

Stasi, de 25 años de edad, es bien conocido en Palermo, su ciudad natal, por su presencia, siempre como militante del Gruppo Anarchico Palermitano, en las luchas conflictivas que se han dado en Sicilia durante los últimos años: la oposición activa a la instalación de misiles en Comiso; la solidaridad antimilitarista contra las detenciones de compañeros objetores totales; la participación activa y revolucionaria en las movilizaciones de estudiantes y de obreros sin trabajo.

Bonanno, nacido en Catania el 4 de marzo de 1937, tiene, por su edad y formación, más amplia trayectoria revolucionaria. Su niñez y adolescencia transcurrieron en el barrio de San Cristoforo, uno de los más pobres y desheredados de Catania. Desde muy joven tuvo que trabajar para poder costear sus propios estudios. Pronto fue consciente de las injusticias sociales, sobre todo de las ejercidas contra los más débiles, y escribió una serie de artículos, en un periódico cataniense, vergüenza de los asilos para ancianos, donde los internados eran tratados como animales.

A los 18 años encontró empleo en un banco, con lo cual pudo concluir sus estudios y licenciarse en Economía y Comercio. En 1967 ejercía como directivo en una industria farmacéutica, y comenzó a publicar una revista sobre temas económicos y sociales: Studi e ricerche, y poco después, los Quaderni di cultura contemporanea.

Bonanno, que ya había abrazado las ideas libertarias, consideró que su puesto de directivo era incompatible con el de defensor de la clase obrera, y aunque no ignoraba las dificultades económicas que se iban a derivar de su decisión, consecuente consigo mismo, presentó la dimisión de su cargo para no tener la menor complicidad con los que el consideraba explotadores.

Para ganarse la vida aceptó algunos trabajos particulares de contabilidad, escribía tesis para estudiantes poco amantes del esfuerzo o poco seguros de sí mismos, y colaboraba con artículos más o menos polémicos en algunos diarios, entre ellos L’Ore de Palermo.

En 1971, con la ayuda de algunos compañeros, abrió en Catania la librería Underground, que se convirtió rápidamente en centro de reunión para todos los anarquistas y para todo el movimiento de oposición que era muy vivaz en aquel entonces.

En mayo de 1972, publicó en Catania un número único de Sinistra Libertaria, con una tirada de 5.000 ejemplares, con el propósito confesado de convertirlo en un semanario regular. Por indicación de la policía, la magistratura lanzó una orden de busca y captura contra Bonanno, con el visto bueno del Ministerio de Gracia y Justicia. El 29 de octubre de 1972 era detenido y encarcelado en Catania. Se le instruyó proceso sumarial de urgencia, y el 21 de noviembre fue juzgado en la Sala de lo Criminal de Catania bajo las acusaciones de «instigación a la insurrección armada contra el poder del Estado«, «apología de la insurrección armada«, «insulto a la magistratura» y «difusión de noticias falsas» (o sea, por señalar la connivencia entre la policía y los fascistas en sus acciones represivas). La sentencia, dictada el mismo día, fue de dos años de reclusión y 40.000 liras de multa.

La defensa, que pedía la absolución, y el ministerio Fiscal, que consideraba demasiado benigna la pena, presentaron sendos recursos contra el fallo.

Entonces se constituyó en Catania un «Comité democrático para la defensa de la libertad de opinión«, el cual divulgó un legajo de 21 páginas policopiadas, titulado Struttura socio-economica e reato d’opinione con toda la documentación del juicio en cuestión, tanto de la defensa como de la acusación, donde se ponía en evidencia la mala fe de la justicia italiana sobre todo en el sur de Italia, contra los militantes de la izquierda en general, y contra los anarquistas en particular. El informe también incluía los artículos de Bonanno retenidos como delito, y fue difundido tanto en Italia como en el extranjero. Con todo ello se consiguió promover un movimiento de protesta relativamente importante en su favor.

El proceso en apelación se celebró el 2 de marzo de 1974 en Catania, y en él toda la maquinación policíaca quedó desbaratada. Bonanno, que se encontraba en libertad provisional desde el mes de enero de 1973, fue absuelto. Esta detención tuvo como desgraciada consecuencia la desaparición de la librería Underground.

En 1975 fundó la revista bimestral Anarchismo, que todavía se publica, y en el marco de la misma escribió y editó gran número de folletos de propaganda anarquista.

En 1977 publicó el libro La gioia armata, que fue inmediatamente secuestrado por orden judicial, y Bonanno detenido bajo las acusaciones de «instigación a delinquir» y «apología del delito». El 28 de enero de 1978 fue condenado a cuatro años y medio de cárcel. El 30 de noviembre de 1979 el Tribunal de Apelación de Catania confirmaba la sentencia.

El escándalo que provocó el injusto fallo fue tan grande que Bonanno fue amnistiado; pero no por ello las autoridades dejaron detenerlo en su purito de mira.

En el mes de enero de 1978, Bonanno editó un folleto de 40 páginas, un remedo titulado Il mio testamento político, firmado nada menos que por el versátil filósofo francés Jean-Paul Sartre, en el cual el «autor», en el más puro estilo de los anarquistas de los años 1880, se declaraba partidario de la violencia y se presentaba como teórico de la rebelión a ultranza. Cinco mil ejemplares, vendidos a 1.000 liras la unidad, se agotaron rápidamente. La falsificación, en un primer momento, causó cierta sensación en la prensa y gente de letras de Italia y Francia, y el propio Sartre tuvo que desmentir y desautorizar públicamente «su testamento». La bromita antisartriana, que para colmo iba dedicada Ai miei amici anarchici da me ingiustamente disprezzati e alla memoria del mio amico Camus, con quien había tenido ásperas e inamistosas polémicas públicas, fue desaprobada por una gran parte del movimiento anarquista italiano.

Entre los dos últimos procesos citados por la edición del libro La gioia armata, Bonanno y otro compañero siciliano, Franco Leggio, que desde hace más de 30 años efectúa una intensa labor de propaganda anarquista y antirreligiosa en las ediciones La Fiaccola, de Ragusa, fueron juzgados el 17 de marzo de 1978 por el Tribunal de Catania, el primero como autor del irreverente diseño de la portada [Seis sacerdotes en cuclillas haciendo sus necesidades como todo el mundo] y el segundo como impresor de un clásico anticlerical de 1880: La peste religiosa, de Johann Most. El libro fue secuestrado y los compañeros acusados de «desprecio (vilipendio) por la religión católica».

Pero la realidad encubierta de los hechos era muy otra: se trataba de una edición popular al alcance de todos (700 liras), pues la gran editorial UTET ya había publicado con anterioridad la misma obra en un lujoso volumen de su colección Classici politici, vendida a 18.000 liras, sin que hubiera sido objeto de la menor molestia judicial. El tribunal tuvo que llegar a la conclusión de que «no había delito» y los acusados fueron puestos en libertad.

El 23 de mayo de 1980 se desencadenó una importante acción represiva contra el movimiento anarquista, una más. En Catania eran detenidos Alfredo M. Bonanno, su compañera escocesa Jean Weir, de 34 años, y uno de sus colaboradores, Salvatore Marletta, de 29 años. Eran los nombres más destacados del núcleo que editaba la revista Anarchismo, que también fue secuestrada. Anarchismo se editaba en Catania, pero su Redacción, que en 1977 había sido trasladada a Palermo, se encontraba entonces en Forli, donde también llegó la acción judicial, sin olvidarse de Bolonia e Imola, ciudades todas de la región de Emilia. La policía efectuó más de 30 registros domiciliarios y detuvo a otros trece militantes anarquistas, entre ellos, el 27 de marzo, a Carmela di Marca, ex compañera y próxima colaboradora de Bonanno.

En principio, las órdenes de captura sólo concernían a Bonanno, Marletta y Jean Weir, pero las autoridades, intentaron otra de sus habituales maquinaciones para desembarazarse del mayor número de militantes anarquistas molestos.

Bonanno, debido a su militancia, y por ser escritor y editor, gozaba de una fama establecida de peligroso revolucionario anarquista, el cual, en su calidad de responsable de la revista, ya tenía en su haber 22 procesos por delito de opinión. A su peligrosidad se sumaba la de ser fundador y redactor de las Edizioni Anarchismo (que publicaban clásicos del movimiento obrero revolucionario, documentos históricos y de contrainformación). Para las autoridades, Bonanno era el elemento ideal a neutralizar por ser quien, en Italia, tenía las mejores calificaciones para ser perseguido como ideólogo de toda la acción revolucionaria.

La revista Anarchismo siempre estuvo abierta a cualquier tipo de debates de la izquierda revolucionaria, sin excluir los de actualidad y sobre la lucha armada; por otra parte, aportaba una contribución teórica a un objetivo bien concreto: la creación de una verdadera oposición de clase.

Con todos estos elementos, la policía quiso demostrar que Bonanno tenía íntima conexión con el movimiento terrorista Azione Rivoluzionaria, cuyo supuesto ideólogo, fundador y dirigente, el profesor genovés Gianfranco Faina, había sido detenido el 10 de julio del año anterior.

Azione Rivoluzionaria se definía, con su acción y sus documentos, como grupo combatiente de inspiración anarcocomunista. Para establecer la conexión con el movimiento anarquista, la magistratura había elaborado una continuidad política-ideológica-organizativa entre el debate en curso en Anarchismo, y la práctica de la ilegalidad que se atribuía a Azione Rivoluzionarla. El pretexto para centrar la operación represiva en Bolonia (donde había sido detenido Faina, y donde fueron trasladados al día siguiente de su detención Bonanno, Marletta y Weir), eran seis robos cometidos en detrimento de algunos notarios boloñeses, pero cuyos autores no habían sido identificados.

Una asamblea del movimiento anarquista celebrada el 28 de marzo de 1980 decidió constituir un Comitato di Difesa Bolognese, el cual, en sucesivos y detallados documentos, desmontó el burdo montaje de las autoridades, y todos nuestros compañeros salieron en libertad tres meses después, el 30 de junio. La necesaria y decidida acción solidaria fue entonces muy efectiva.

En enero de 1981 Bonanno lanzaba en Catania una nueva revista cuatrimestral, Pantagruel (rivista anarchica di anilisi sociale, economica, filosofica e metodologica), de la cual se publicaron tres números, el último lleva fecha de octubre 1981. Luego fueron publicados en un solo volumen de 352 páginas.

En el mes de agosto de 1981 el gobierno italiano aceptó que 112 cruise missiles norteamericanos fueran instalados en Comiso, localidad de 25.000 habitantes en el sur de Sicilia, y a 15 km de Ragusa, en el marco de la modernización del arsenal nuclear de la OTAN.

Sicilia era una isla privilegiada en todos los sentidos, pues, ya tenía el subdesarrollo, el agudo problema de los sin trabajo, la Mafia, las erupciones volcánicas, los terremotos y la sequía, y también iba a disponer de los misiles Pershing II y SS 20.

Los grupos anarquistas de Ragusa y Catania (Rivolta e Liberta) se movilizaron rápidamente contra el proyecto y desarrollaron amplia propaganda oral y escrita.

Es imposible relatar aquí todas las detenciones y procesos sufridos por Bonanno por su militancia. En 1982 fue aprehendido, con otros compañeros, por haber defendido la deserción del ejército del compañero Orazio Valastre. Pasó 15 días en la cárcel y el juicio correspondiente todavía está pendiente.

En junio de 1983, el Coordinamento Leghe Autogestite contra la construcción de la base de misiles en Comiso –en cuya constitución intervino destacadamente Bonanno– publicó un número único titulado TUTTI A COMISO los días 22-23-24 de julio, con el objeto de movilizar a la población del lugar y penetrar en masa en la base que estaba en curso de construcción). Pero el llamamiento no tuvo el eco previsto y la ocupación no pudo efectuarse. Ante el fracaso, la Leghe publicó un trabajo autocrítico, con nueve firmas, entre ellas las de Bonanno y Pippo Stasi. En las conclusiones se puntualizaba: A pesar de los errores cometidos, las carencias personales de algunos de nosotros, y también colectivas, y de la limitación práctica, reivindicamos nuestra intervención en Comiso. Reivindicamos, naturalmente, nuestro compromiso en la lucha de Comiso porque siempre hemos estado contra la base de misiles, contra los armamentos, contra los ejércitos. En nuestra condición de antimilitaristas convencidos, y de revolucionarios anarquistas, estamos contra cualquier tipo de guerra, cualquier tipo de armamento bélico, cualquier tipo de terrorismo de Estado. Pero no somos partidarios de detenernos en una sencilla declaración de principios: no queremos la paz social, somos partidarios de la lucha de clases, y, por ello, para nosotros, la lucha apenas ha comenzado.

Los días 31 de julio y 10 de agosto se organizó una concentración internacional anarquista «para impedir la construcción de la base de misiles». La afluencia fue numerosa y se organizaron debates en los que participó la población de Comiso. Toda esta actividad antimilitarista, imposible de detallar, corría a cargo de los grupos anarquistas de Ragusa y de la Leghe autogestite (estructura de masas para oponerse al proyecto nuclear mediante la propaganda, la ocupación de la base, y la destrucción de las instalaciones). En las demandas de ayuda económica para sufragar los gastos de las movilizaciones, figuraba públicamente el nombre de Bonanno como receptor de las aportaciones.

En 1987 Bonanno fundó el periódico anarquista Provocazione, que todavía se publica, el cual, siguiendo la línea de la revista Anarchismo, examina en sus más mínimos detalles la práctica revolucionaria anarquista. La metodología presentada es la acción directa, los ataques que pueden pulverizar las microestructuras del Estado y del Capital; preconiza las pequeñas acciones efectuadas, que no exigen especialización y que están al alcance de todos los explotados.

Sus teorías, siempre divulgadas al público, nunca fueron del agrado del poder, el cual tenía sometido a Bonanno a estrecha vigilancia.

A la cabeza de las Edizioni Anarchismo de Catania, Bonanno, en 20 años de difícil actividad, ha publicado más de un centenar de libros y folletos. Entre sus ediciones figuran las obras completas de Miguel Bakunin, traducidas de la edición de Ámsterdam dirigida por Arthur Lehning.

y no estará de más señalar que las Edizioni Anarchismo de Bonanno publicaron, desde 1981 a 1984, 35 números de Crocenera, Bollettino Anarchico di Controinformazione, cuyo objetivo principal era la defensa de los compañeros detenidos en Italia y en el mundo; en sus páginas, se denunciaban todas las arbitrariedades de la justicia en su acción de represión permanente contra los militantes comprometidos en la lucha revolucionaria.

Resumiendo sus actividades de militante anarquista, Alfredo M. Bonanno ha sido objeto, por parte de la magistratura italiana, de unos 40 procesos, en su mayoría por delito de opinión. De estas causas, unas 15 están todavía pendientes. Por la carta escrita por Bonanno y Stasi desde la cárcel de Bergamo puede conocerse su situación actual.

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Acerca de Polémica

El primer número de la revista Polémica se publicó en 1980 en Barcelona. Polémica se define como libertaria, desde una posición abierta y sin reconocer verdades absolutas ni doctrinas oficiales. Entendiendo lo libertario más como búsqueda de respuestas que como afirmación de principios, procurado siempre compaginar la firmeza en las convicciones propias con el respeto a las ideas de los demás. Esto nos ha permitido contar con un amplio y variado abanico de colaboradores. Polémica procura siempre ser rigurosa, sin sacrificar la objetividad a la propaganda fácil, ni el análisis a la comodidad del tópico consabido. Polémica siempre ha estado estrechamente comprometida con la realidad político social y con las luchas por la libertad y por una sociedad justa y solidaria.

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