Bancos, multinacionales, mercados, un ejército en la sombra domina la sociedad, nuestras vidas sin que apenas exista resistencia. Nuestro conformismo nos lleva a la indiferencia de lo que les pasa a los demás ignorando que nos está sucediendo lo mismo a nosotros.
Bernardo Rodríguez Álvarez
La muerte de un trabajador, como consecuencia de un accidente laboral, es un hecho que todos lamentamos, a la vez que se acepta como un riesgo de la vida laboral que puede suceder, por desgracia con demasiada frecuencia en nuestro país y en otros lugares del mundo. En estos casos el estado suelen tener normas que protegen al trabajador con medidas preventivas o con regulaciones especiales, ya sea en el ámbito de la salud o en el punitivo para el empresario cuando la causa del accidente sea debida al no cumplimiento de las normas, es decir, se parte de la base de que existe una responsabilidad empresarial en lo sucedido. El accidente laboral, para considerarse como tal, debe ocurrir en lugar de trabajo o en in itinere, es decir cuando el trabajador va o sale del trabajo.
Ahora bien, si un trabajador se suicida, ¿Puede ser como consecuencia de las condiciones de su trabajo? Y por lo tanto ¿Ser considerado como un accidente laboral? ¿Puede exigir responsabilidades a su empresa? Muchos diríamos que si, pero la realidad es otra
La visibilidad del suicido
En los últimos años los medios de comunicación han sacado a la luz un hecho que permanecía oculto por diversas razones, el suicidio en el trabajo. La mayoría de la sociedad se ha enterado que en diversas empresas y países, varios trabajadores se han quitado la vida como consecuencia de sus condiciones laborales. El elevado número de suicidios en la última década, en el propio centro de trabajo, ha roto el silencio que se mantenía sobre este hecho. Así en Francia, 1995 se denunciaron ocho suicidios de trabajadores de empresas de mantenimiento de la central nuclear de Chinon, en Peugeot seis suicidios en 2007, en Reanault en 2004 y años posteriores, en France Telecom donde desde 2008 y 2010 se han producido más de58 suicidios, en la Poste (PTT) calculan que desde 2009 son 77 los empleados que se han suicidado. En China en junio de 2010, coincidiendo con el lanzamiento del Ipod de Appel, se conoció el suicidio de 10 trabajadores con edades entre los 18 y 24 años en la empresa Foxconn Technology Group[i] dedicada a la fabricación de componentes tecnológicos para compañías como Apell, HP, Nokia , Dell, entre otras. Es una larga lista negra que sigue ampliándose.
La negación, de que estas muertes se deban a causas laborales, es la primera reacción de las empresas y sus directivos, su management. En sus declaraciones, éstos se eximían de responsabilidad aduciendo haber cumplido con lo que está legalmente estipulado e imputando a la situación personal del trabajador la causa de su suicidio. Su idea es mantener el silencio sobre el problema y las causas que lo generan, de tal forma que su imagen corporativa, sus métodos de trabajo y en especial sus beneficios no se vean dañados
En todos los casos la reacción de la dirección de la empresa es la misma, ellos no son responsables del suicidio, lo sucedido se debe a la situación personal de la persona que se ha quitado la vida. Así en el caso de 5 enfermeras en Quebec, que en un periodo de un año se quitaron la vida, el sindicato al que pertenecían planteó el hecho de que los nuevos métodos de trabajo, basados en la eficacia, podrían estar en el origen de estos dramas. Automáticamente en un comunicado el hospital sentenció que no había ninguna relación entre la organización del trabajo y estos hechos, ya que en el momento que sucedieron estos hechos las trabajadoras no estaban trabajando. Asunto cerrado.
Un director de FNAC de Clemont Ferrand, se ahorcó, pero previamente envió al director general, algunos cuadros y familiares un correo electrónico relatando los motivos y culpando a la empresa cuestionando sus métodos de gestión, los cambios profesionales y estimaba ser víctima de discriminación homofóbica. La dirección dijo estar trastornada por este hecho pero el departamento de Recursos humanos se apresuró a señalar que: “Como todo gesto definitivo y a la vez dramático, era sin duda una situación compleja. Pero él atravesaba una etapa difícil de su vida, lo que le llevaba a tener una percepción de las cosas un poco fuera de lugar”. Por otro lado y en referencia a dos suicidios anteriores señalan:” Se trata de suicidios extremamente ligados a la vida privada de las personas, en las cuales Fnac nunca fue implicado. Ni de cerca ni de lejos por la persona misma o su familia.
Esta última declaración resume la postura de las empresas en todos aquellos suicidios que se producen fuera del trabajo o en los que no existe un testimonio contra ellas por parte de la víctima, es decir no es su problema.
En Renault cuando el sindicato CGT denunció en los medios de comunicación el suicidio de un trabajador como consecuencia de las condiciones laborales, la empresa lo negó y les acusó de extremistas, de utilizar los dramas personales en beneficio sindical y de dañar la imagen de la empresa, incluso atacó al periódico Le Monde que publico la noticia de dañar a Renault, ya que no decía nada de otros suicidios que se producían en otras empresas.
Pero al continuar los suicidios la empresa tuvo que dar marcha atrás y aceptar la intervención de una experta para analizar la situación. Es de destacar en este caso que aparte de CGT y Sud el resto de los sindicatos se alinearon con la empresa y que sólo la presión de los trabajadores le hizo cambiar de idea. La misma política de negación inicial se ha seguido en otras empresas francesas como France Telecom
En China la primera declaración del consejero delegado de Foxconn Terry Gou fue: “que las víctimas se suicidaron ante la voluntad de la empresa de compensar generosamente a sus familias”, ante tal barbaridad y el escándalo que se generó, el delegado pidió disculpas y la empresa empezó a tomar medidas para mejorar la situación de sus empleados y en especial mejorar su imagen
Si los suicidios no se hubieran producido en el lugar de trabajo,- hasta este momento se producían en el entorno privado por lo que resultaba difícil, desde el punto de vista médico y legal, establecer la relación entre ellos y las condiciones laborales-, ni las victimas hubieran dejado testimonio de las condiciones a que estaban sometidas y la prensa no se hubiese eco del drama, la situación continuaría silenciada como ocurre en la mayoría de los países.
Las causas y las medidas
Las causas en las que suelen basarse los distintos expertos para determinar porqué una persona se suicida pueden reducirse a tres, las dos primeras dan a entender que el único responsable es la persona que se quita la vida y la tercera que son causas externas en las que caería la responsabilidad.
La primera de ellas se centra en la situación psicológica del afectado, al ser este una persona de carácter depresivo, con antecedentes médicos con depresiones, el desenlace final sería el quitarse la vida. Hoy en día pueden determinarse autopsias psicológicas que pueden establecer cuál ha sido la causa que indujo a una persona a su suicidio.
Una segunda es el stress, una característica de nuestras sociedades modernas. El problema, como no podía ser menos en la sociedad que vivimos, es de gestión. La persona no sabe gestionar su stress y como consecuencia de ello llega el desenlace fatal. En el fondo late una filosofía economicista, hoy todo se gestiona, se administra desde un punto de vista económico, la empresa, el matrimonio, los conflictos, etc., Si hay un fracaso, se personaliza y aparece un culpable que no sabe gestionar la situación creada. En nuestro caso, las causas exteriores, como la carga de trabajo, la presión, la coacción y la discriminación, que puede sufrir un trabajador y que generan un stress patológico se convierten en un problema del individuo que no sabe gestionar su stress, es decir, no se cuestionan las causas que lo han generado y mucho menos los responsables de éstas.
La tercera causa que aparece con la oleada de suicidios en la empresa, señala que el trabajo y las limitaciones en sus aspectos socioeconómicos que se generan en éste, especialmente por la nueva organización del trabajo y la gestión que se realiza desde los equipos de dirección, influyen en la salud mental de los empleados pudiendo abocarles al suicidio. Como es natural el management descarta esta última causa.
Los cambios en la organización del trabajo, en las tres últimas décadas, que en un principio se vieron como positivas, ya que se suponía daban al individuo mayor autonomía, iniciativa y responsabilidad, hoy son consecuencia de enfermedades psicopatológicas que llevan a la destrucción de la persona. La base de esta degradación se encuentra en que lo importante no es el trabajo en sí, ni la persona que lo realiza, sino los resultados que se obtienen para conseguir los objetivos planteados por el staff ejecutivo. Las técnicas de management que se aplican, se asientan en el trípode objetivos evaluación y sanción.
Nos encontramos con que un grupo dirigente plantea unos objetivos a conseguir, independientemente de que estos sean posibles. Automáticamente traslada la responsabilidad de su consecución a los responsables de los equipos de producción con los que no ha tenido comunicación y que asumen sin discusión lo planteado. Ese es el momento de salida de una competición entre los trabajadores que forman los equipos de una empresa o con otras empresas. Ello conlleva la ruptura de la solidaridad entre el conjunto de los trabajadores. Todos a competir y a cualquier precio. Por otra parte se establecen, gracias a las nuevas tecnologías y las estadísticas los mecanismos de control no solo sobre los equipos sino sobre los individuos. La presión y la coerción sobre cada trabajador es una losa que acaba por aplastarlos. Ante este tipo de gerencia los trabajadores ya no son iguales entre sí, son competidores, lo que lleva al aislamiento y la falta de respuesta colectiva. Si el equipo falla en lo imposible, alguien es el culpable.
Si no se consiguen los resultados esperados, se sanciona al equipo o trabajadores concretos con traslados u otro tipo de coacción. Pero lo más grave es que les hacen sentir culpables de la situación. Pero la tragedia no acaba aquí, el temor al despido es otra realidad, el director de FNAC denunciaba la existencia de dossiers, listas negras de trabajadores a despedir. Si alguien no aguanta el ritmo, no puede pedir ayuda, es el sálvese el que pueda. Por mucho que el individuo cumpla con su trabajo, si se queja, pues la protesta parece desterrada, se le hará ver que no gestiona bien su stress o que no es capaz para el trabajo encomendado. Sus años de servicio y experiencia no sirven para nada. Y a su alrededor sólo hay silencio cuando no reproches. En su mente él es culpable. No está a la altura y piensa que su entorno familiar y social también lo condenará. Está solo, humillado e impotente. Su única salida es desaparecer.
Pero de la noche a la mañana la empresa se deslocaliza, y miles de ellos se encontrarán en la calle. Los que fielmente cumplieron también descubren que no son nada.
Ante estos hechos y sobre todo ante el deterioro de su imagen, las empresas empiezan a tomar medidas. Crean comisiones de investigación, contratan psicólogos y técnicos en riesgos psicosociales, que deberán solucionar el problema. En el caso de China Foxconn con subió el salario de los trabajadores, puso redes alrededor de los edificios, contrató a monjes budistas para que alejasen a los malos espíritus y finalmente contrato a miles de psicólogos para analizar la situación y resolver el problema. No obstante, poco después ante la falta de confianza en estas medidas y para evitar pérdidas de imagen y económicas, estableció una clausula anti suicidio en los contratos de los trabajadores.[ii] Mediante ella el trabajador promete que no se suicidará y si lo hace que eximirá de toda responsabilidad a la compañía. Así entre los términos de la clausula se establece que en caso de que resulten lesionados por causas no accidentales (como el suicidio, la automutilación etc.) reconocen que la compañía actuó correctamente, con acuerdo a la legislación establecida y por ello se comprometen a no demandarla, ni solicitar indemnizaciones excesivas y acciones que puedan dañar su imagen y reputación o perjudicar sus operaciones habituales de ésta, es decir sus beneficios.
En todas ellas el planteamiento es: si el trabajador se suicida es un problema imputable a él por no saber adaptarse a la nueva situación y no saber gestionarla. Si encontramos la manera de que él solucione este problema de gestión evitaremos el desenlace fatal. Aunque de la investigación surja y se demuestre que son los métodos de organización y gestión del trabajo, éstos permanecen inalterables ya que hay que mantener la competitividad, la productividad y eficacia en el trabajo con el fin de conseguir los resultados que nos permitan alcanzar los objetivos propuestos por el management. A pesar de psicólogos, técnicos en riesgos psicosociales, etc. los suicidios continúan.
Suicidio u homicidio. France Telecom
En 2009 y 2010[iii] los tribunales en Francia, con la oposición de las empresas reconocieron el nexo directo entre suicidio y condiciones de trabajo considerando las muertes debidas a enfermedad profesional o accidente laboral. El siguiente paso considerar el suicidio como homicidio se encuentra en los tribunales, la acusada France Telecom (FT) y Orange su filial. La fiscalía de Besançon tras una demanda interpuesta por el sindicato SUD abrió una investigación por homicidio involuntario por imprudencia, inatención, negligencia y faltar a la obligación de precaución, con el objetivo de terminar la responsabilidad del Grupo en le suicidio de un joven técnico en 2009. Y tras el informe demoledor de la Inspectora de Trabajo Sylvie Catala sobre las condiciones laborales en FT.[iv] La fiscalía de Paris abrió diligencias contra la empresa y responsables de ésta por homicidio por imprudencia.
El informe expone la evolución del estatuto jurídico de FT de empresa pública en 1990 a privada, en la actualidad el 65% de los trabajadores son funcionario.[v] El periodo de inspección es del 2005 a 2009 que es cuando se establece la estrategia de reorganización de la empresa con el plan NEXT (Nueva experiencia de las telecomunicaciones) en el que se incluye el plan ACT (anticipación y competencias para la transformación) que es el área de recursos humanos. Los responsables en ese momento figuran como imputados en el proceso Didier Lombard presidente general, Louis-Pierre Vienn, mano derecha del anterior y directos delegado (hoy no tienen responsabilades ejecutivas en FT) y el director de recursos humanos Olivier Barberot. .Es un hecho importante ya que la responsabilidades penales no se le piden sólo a la persona jurídica FT, como suele suceder, sino a personas físicas.
Los objetivos planteados para 2006-2008 fueron el incremento de la productividad en un 15%, para ello era necesario el despido de 22.000 trabajadores, el cambio de puesto de trabajo de 10.000 persona y contratar 8000 y había que hacerlo deprisa y de cualquier forma, según palabras de un directivo. Los objetivos se consiguieron. La inspectora señala que en ese periodo los trabajadores de FT, estaban afectados psicológicamente hasta tal punto que de ellos desarrollaron malestar, estados depresivos, pensamientos suicidas y desarrollaron patologías que pudieron llevar a algunos al suicidio o la tentativa. La dirección fue alertada en varias ocasiones de estos hechos sin que tomara medidas, contraviniendo la obligación del empresario de velar por la salud de los trabajadores. Por otro lado en el modulo de formación de managers que realizaron 4000 managers la empresa previó las resistencias que encontraría y como habrían de vencerlas y los efectos que tendría sobre la salud mental de los trabajadores explicando el proceso que tendría lugar en primer lugar habría una fase de descompresión caracterizada por la tristeza, la desgana, la desesperación, la depresión. Con ello las consecuencias de la nueva política eran conocidas y a pesar de las alertas la empresa no actuó.
Dos son las acusaciones que señala la inspectora a la justicia. La primera es poner en peligro la vida de terceros del hecho de implantar una organización del trabajo de naturaleza tal que atenta gravemente contra la salud de los trabajadores y la existencia de métodos de gestión caracterizados por el acoso moral.
Para ella los atentados contra la salud mental, la ausencia de medidas ante los riesgos psicosociales ligados a las reorganizaciones son el resultado de una política puesta en marcha en las instancias más altas del grupo, por lo que imputa no sólo a la persona jurídica FT y su filial Orange sino a las personas físicas que eran los máximos responsables en aquel momento.
Ahora queda en manos de la justicia la decisión. Si la empresa y sus responsables son condenados el precedente tendría repercusiones globales, podría romperse el silencio existente y salir a la luz miles de casos silenciados en muchos países, aunque esto no es excusa para que los sindicatos lo ignoren. No olvidemos que en España, en el caso Sintel en su lucha fallecieron 11 trabajadores, siete por suicidio. Era una empresa subsidiaria de Telefónica, la indiferencia del sindicalismo oficial y gubernamental, el boicot al documental que narraba su odisea, la impunidad de los directivos… Uno se pregunta al ver el caso France Telecom: ¿fueron suicidios u homicidios? ¿Por qué se tarda tanto en actuar?
Publicado en Polémica, n.º 100, diciembre de 2011
[i] Foxconn Internacional, propiedad de Taiwán tiene en el mundo unos 800.000 trabajadores
[ii] Publicado en la web de Shangaiit
[iii] Un trabajador de la central de Chinon muerto en 2004 yun ingeniero de Renault muerto en 2006.
[iv] El informe de 82 páginas se remitió a la fiscalía de Paris el 4 de febrero de 2010.
[v] France Telecom pasó de 101.700 efectivos en 1996 a 103.000 en 2009.
Pingback: Los Suicidios en el Trabajo | Factores Psicosociales y Conducta de la Salud